Cuando uno emprende la búsqueda de una carrera para continuar los estudios superiores, se hace necesario tener en cuenta algunas cuestiones para llegar a una elección reflexiva.
Dejemos en claro, para empezar, que la elección de carrera implica no solo saber qué quiero hacer en mi vida sino también saber quién soy y quién quiero ser. Lo cual torna un poco más complicadas las cosas, pues la adolescencia es una etapa de construcción, de cambios, de pruebas. Por este motivo es importante tomarse el tiempo necesario para analizar algunos puntos.
Para comenzar a echar un poco de luz al camino, es importante pensar en nuestras características más distintivas, los gustos, intereses, deseos, preocupaciones, valores… así como en nuestras aptitudes y habilidades, la capacitación que adquirimos durante la vida
Otra cuestión importante a tener en cuenta son las influencias que aparecen al momento de elegir. Es imposible que no tengamos en cuenta las opiniones de los demás ( familia, amigos, sociedad ) pero es muy importante que no sea lo único que determine la elección; es decir, que no tenga prioridad por sobre nuestros deseos. Que los motivos de elección no sean ajenos. Por ej. Estudiar abogacía para continuar con la tradición familiar y heredar el estudio jurídico porque “todos lo han hecho en la familia”, y no porque me gusta la carrera.
Si no tenemos cierta conciencia de quiénes somos, se hará más complicado saber quiénes queremos ser y qué queremos hacer en nuestra vida., las fortalezas y las debilidades.
Un ejercicio interesante es pensar cómo me veo dentro de unos años, pensar en diversas actividades que me interesan y analizar si me imagino realizando alguna
de ellas, cuál sería el trabajo ideal para mí ( en qué lugar, haciendo qué actividad, con quiénes ). Identificar qué cosas no haría bajo ninguna circunstancia.
Si tengo varias opciones de carreras pensadas, es bueno tratar de establecer relaciones entre ellas. O clasificarlas por áreas, por ej. Medicina, enfermería, técnico radiólogo.
Será necesario también que comience a investigar las materias de las que consta cada carrera, las posibilidades de inserción laboral, la duración, el lugar en donde se dicta, etc. Informarme sobre qué tipo de carreras son: por ej. diplomatura, tecnicatura, licenciatura; si se cursa en una institución terciaria o universitaria, si es pública o privada; si tiene examen de ingreso, si tiene reconocimiento ministerial, entre otras cosas.
Es muy importante contactar gente que esté estudiando esas carreras para que nos cuenten su experiencia, pero también es importante contactar egresados que ya estén ejerciendo y nos puedan contar en qué trabajan, en qué áreas es más fácil insertarse, dónde es más conveniente, etc.
Si aun no estamos tan seguros de qué carrera sería mejor, si nos interesa una carrera que parece muy difícil o si en este momento es demasiado costosa para nosotros, no hay que desanimarse. Siempre es mejor tomarse el tiempo necesario para elegir, y siempre es posible buscar opciones a corto plazo que puedan ser un medio para alcanzar esa carrera que tanto deseamos, que nos permitan prepararnos o juntar dinero para poder estudiarla luego.
Y por último, nunca es tarde para tomar una decisión… o para cambiarla si no nos hace felices.
